Cuento “el puente”
Había una vez en el mundo dos pueblos, el Pueblo Amarillo y el Pueblo Azul. Ambos pueblos vivían en la cima de dos montañas separadas por un gigantesco abismo.
Los niños jugaban e iban al colegio, los jóvenes soñaban y estudiaban, los adultos trabajaban y disfrutaban de sus hijos...¡ Ah! y los abuelitos, especialmente, cuidaban a los nietos y les consentían dándoles dulces y chocolates cuando los papás no miraban.
Hasta ahí todo era normal, se percibía una vida tranquila y placentera aunque había un obstáculo en la felicidad de ambos pueblos. El inmenso abismo que los separaba les producía tristeza. No podían visitarse y conocerse, jugar o hacer planes juntos.
A veces algunos jóvenes del Pueblo Azul se acercaban al borde del abismo y gritaban:
-“¡HOOOOLAAAA!¿COOOOOOMO ESTÁIS POR ALLÍ?<. A lo que los otros jóvenes del Pueblo Amarillo contestaban:
-¡HOOOOOOOOOOLAAAAAAA! ESTAMOS BIEEEEEEEÉN!…”.
Pero en realidad los que más querían juntarse para jugar y conocerse eran los niños. Ellos también se acercaban muy cuidadosamente al abismo y se gritaban
-¡HHHHOOOOOOOOOOOOOOOLAAAAAAAAAAAAAA!!!!.
Un día, no se sabe si fueron los niños del Pueblo Amarillo o del Pueblo azul, o ambos a la misma vez, tuvieron una gran idea: "HACER UN PUENTE". Un puente que uniera a ambas montañas para pasar de un lado al otro como si el abismo ya no existiera.
Pero ¿cómo? Parecía un sueño irrealizable…
Decidieron que iban a realizar el puente entre los niños de ambos pueblos. Así que lo primero que tenían que hacer era ir a hablar con los mayores y contarles brillante idea.
Algunos mayores se rieron, otros callaron, pero algunos se refregaron el mentón y les brillaron los ojos como nunca antes les había pasado.
“Sí, un puente…” se decían a sí mismos.
Y comenzaron a brotar muchas ideas buenas como flores amarillas y mariposas azules había en las montañas.
Primero, cada pueblo eligió una delegación. O sea, un pequeño grupo de gente que representara a todos los otros que no eran delegación.
Así fue como las delegaciones de ambos pueblos se reunieron al borde del abismo y comenzaron a gritar: -“¡HOOOLAAAAA! ¡QUEREMOS HACER UN PUEEEEEENTEEEEE! ¿USTEDES TAMBIEEEEEEÉN?”
- ¡¡SIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!!!
Los niños de ambos pueblos gritaron juntos “¡VAMOS A HACER UN PUEEEEEEENTE!”.
Por tanto, el Pueblo Amarillo y el Pueblo Azul se organizaron en grupos: había carpinteros, albañiles, constructores, arquitectos, ingenieros, pintores...y niños, muchos niños que cantaban junto a los abuelitos:
Haciendo un puente
Haciendo un puente
por ese lado
y por acá.
Toda la gente
tan competente
nos acercamos
de aquí y de allá
Después de tres meses de duro trabajo, el puente fue terminado. Fue a las doce de un domingo. Un día de primavera. El sol brillaba amablemente y las montañas estaban como llenas de dedales de oro y aves y muchas mariposas de colores.
Es difícil describir el silencio que se produjo cuando un albañil del Pueblo Azul y un albañil del Pueblo Amarillo pusieron las dos últimas piedras y se dieron la mano.
Todos se miraron asombrados sin decir palabra.
Pero luego vino un estallido de:
-¡VIVA!
-¡ HURRÁ HURRÁ!
y la gente de ambos pueblos corrieron a abrazarse por primera vez en su historia.
2
El puente ya estaba terminando. Pero algunos observaron que era necesario pintarlo para darle más hermosura y color.
Ahora, queridos alumnos, ocurrió una cosa que es muy difícil de relatar. Una cosa que ha ocurrido millones de veces entre nosotros, los seres humanos. Creo que nadie ha logrado definir el segundo ese en que las personas se transforman en casi en monstruos.
No tanto en la apariencia física, aunque sí es cierto que les cambian los ojos porque se les entrecierran, las bocas se les ponen más duras, los brazos y las manos las aprietan y tiemblan… Pero más que la forma física es la manera de pensar la que es monstruosa. Algo hace ¡CLIK! Y los cerebros y las almas cambian todo en menos de un segundo.
Creo que ustedes lo comprenderán cuando escriba lo que los habitantes de ambos pueblo se dijeron los unos a los otros:
-El puente debe ser pintado azul-
-No, el puente debe ser pintado amarillo-
-El puente debe ser pintado azul porque azul es el color del mar-
- El amarillo es el color del sol! El puente debe ser amarillo!-
-¡MUERAN los amarillos! ¡Vivan los azules!-
-¡MUERTE a los azules! ¡Vivan los amarillos!-
-¡GUERRA!-
-¡MUERTE Y GUERRA CONTRA LOS ENEMIGOS!-
Y las tres horribles palabras fueron gritadas: MUERTE, GUERRA, ENEMIGO.
Ambos pueblos se retiraron rápidamente a sus respectivas montañas. El puente quedo desierto y el sol despareció entre nubes grises. Los dedales de oro se marchitaron y las aves y mariposas desaparecieron.
Los niños se llevaron a sus mayores con los ojos tristes y llenos de lágrimas.
Los adultos y los jóvenes se fueron a sus casas. Algunos cabizbajos y otros con las manos en alto gritando las tres palabras terribles.
La noche cayó sobre ambos pueblos.
Esa noche se reunieron los de ideas monstruosas que eran una minoría, y establecieron una Junta Bélica. O sea los que iban a dirigir y dar las órdenes de la guerra a punto de estallar.
Los habitantes de los pueblos debían aceptar las órdenes de la Junta Bélica porque si no era así los echarían del pueblo o los encerrarían.
Y esa junta bélica fue inventando las siguientes armas
Lanzas de palo
Arcos y flechas
Catapultas
Flechas de fuego
Mosquetes y balas
Pistolas y balas de plomo
Aviones
Rifles a repetición
Granadas
Rifles y pistolas automáticas
Ametralladoras
Jets
Armas nucleares
Todos estos armamentos fueron arrojados sobre los pueblos amarillo y azul. Murieron muchas personas. Las casas y edificios, sus hermosas plazas y colegios y hospitales quedaron arruinados.
Y El Puente, el puente había desaparecido.
La gente estaba exhausta y atemorizada y hambrienta. Y no sabían que hacer. Las Juntas Bélicas de ambos pueblos aceptaron la derrota y el desastre. Y volvieron a sus rostros pinceladas humanas.
Pasó el tiempo y los niños, que son los más sabios, tuvieron una idea nuevamente: Construir el puente de nuevo y pintarlo amarillo y azul. Pero los adultos, ya exhaustos e incrédulos solo decían
- “mmm, es que…. no sé…”
Así fue como sólo unos pocos, en ambos pueblos se reorganizaron e hicieron una nueva delegación.
El puente (y los pueblos) después de muchos años de duro trabajo, unió una vez más al Pueblo Amarillo y al Pueblo Azul. Y volvió a reinar la alegría en ambos pueblos. Decidieron pintar cada lado del color de cada pueblo. Fue así como dos pintores, uno con un traje azul y el otro con un traje amarillo, comenzaron a pintar cada uno desde su lado.
Cuando llegaron a la mitad del puente, se confundieron porque no estaba muy claro si la mitad era azul o amarilla.
“Es azul!” dijo el pintor azul.
“No! Es amarilla!” dijo el pintor amarillo.
Uno le pegó un brochazo al otro y se armó una escaramuza de brochazos y pinturas y los ojos y bocas y manos de algunos habitantes se pusieron tensos y duros nuevamente. Incluso se escucharon los gritos de siempre: GUERRA, MUERTE, ENEMIGO.
Pero los niños de ambos pueblos corrieron a la mitad del puente, echaron a los pintores y lo que hicieron fue in-creíble! Mezclaron la pintura amarilla con la azul y produjeron pintura verde.
Todos, o algunos, sabemos que los colores amarillo y azul producen el color verde. Y todos sabemos que el color verde es el color de la paz, la amistad y la esperanza.
El puente fue pintado entero verde. Los pueblos se reconciliaron una vez más, y para terminar, todos cantaron:
Hicimos un puente
Hicimos un puente
Por ese lado
Y por acá
Se acabó la guerra
se acabó la muerte
reina la paz
y la amistad.
PREGUNTAS PARA LA REFLEXIÓN DEL CUENTO:
1. Resumen del cuento "El puente".
2. ¿Crees que el motivo por el que se hacía la guerra es importante?
3. ¿Hay motivos importantes para hacer la guerra?
4. ¿Por qué cosas sueles pelear tú? ¿Son importantes?
5. ¿Por qué dice el cuento que las personas cuando discutimos o peleamos parecemos monstruos?
6. Dibuja el cuento.
Nuestros dibujos:
Ya se ha decorado el pasillo del primer ciclo con los dibujos que han hecho los chicos de 2ºA y 2ºB. Todos ellos hechos para el concurso de dibujos para la Paz con la profe de 2ºA.
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